Trabajo infantil un obstáculo para la educación

Muchos niños y niñas de las comunidades rurales de Quiché no asisten a la escuela, debido a que sus padres y madres de familia prefieren que trabajen, para ayudar al sostenimiento económico de sus hogares.

De acuerdo con Diego Mejía, de la Fundación Esperanza de los Niños “Childhope”, muchos infantes del departamento viven en condiciones precarias, además de que varios de ellos trabajan en oficios de alto riesgo, peligrosos y rudos que no sólo los daña físicamente sino dejan secuelas psicológicas.  En el departamento hay muchos menores que trabajan en las calles en contra de su voluntad, pero lo hacen para ayudar a sus padres económicamente.

Según el representante de la Fundación, en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, para muchos el laborar como lustrador o vendedor de periódicos es una tarea fácil, sin embargo estos niños y niñas están expuestos a vejámenes, violaciones sexuales, agresiones físicas y hasta en peligro de ser atropellados por algún vehículo.

Mejía subrayó que uno de las labores de alto riesgo donde hay involucrados menores de edad es ser ayudante de albañil, pues deben cargar cosas pesadas y en el caso de las niñas trabajadoras de casa particular donde laboran desde las seis de la mañana a las 10 de la noche y muchas veces por un bajo sueldo o sólo por vivienda, comida y vestuario.

La Fundación Esperanza de los Niños ejecuta un proyecto en Chichicastenango, Santa Cruz del Quiché, Joyabaj y Pachulum, donde brindan apoyo para que los niños y niñas sigan sus estudios y para complementar aprenden un oficio.

Deja un comentario